El experimento de los monos y las bananas
El hecho de que algunos grupos se apeguen a ciertas creencias o prácticas no significa que sean correctos; solo significa que son persistentes. (Carl Sagan)
Este experimento con monos y bananas es una muestra del comportamiento de los animales en determinados contextos, que perfectamente se podía trasladar a los humanos. Y es que entre primates y nosotros no hay tantas diferencias.
El experimento
Según la versión difundida, el experimento comienza cuando se toman cinco monos y se les encierra en una jaula. En la misma hay una pequeña escalera, la cual conduce a una plataforma en la que hay un delicioso racimo de plátanos. Como es obvio, tan pronto como los monos lo notan, intentan subir para comer.
Sin embargo, se llevan una desagradable sorpresa. Tan pronto como uno de los monos intenta subir, los demás monos reciben un potente chorro de agua fría. En otras palabras, cuando uno de los animales intenta obtener una satisfacción, los demás son castigados por ello.
En poco tiempo los monos se dan cuenta de cómo operan los hechos y entonces entran en caos cada vez que alguno intenta subir por las codiciadas bananas. Si uno lo intenta, los demás comienzan a chillar, a morder, a golpear, para impedir que lo haga. Al poco tiempo, ya ninguno lo intenta.
Una variación del experimento
Llegados a ese punto, se introduce una variación. Uno de los monos que ha presenciado todo lo ocurrido es retirado de su jaula. En su lugar se pone a otro mono que no tiene la menor idea de lo sucedido. Este, por supuesto, tan pronto como ve las bananas intenta ir hasta la escalera para subir y alcanzarlas.
Los demás monos, que saben lo que puede suceder, lo golpean y lo muerden tal y como lo han venido haciendo. El mono “novato” no tiene idea de por qué lo hacen, pero le queda claro que se trata de un comportamiento prohibido. Así que deja de intentarlo. Cuando esto ocurre, nuevamente sacan a uno de los monos que ha estado presente durante todo el episodio y meten a la jaula a otro mono novato.
Como era de esperarse, el segundo novato intenta ir a la escalera y tomar las bananas. La respuesta de los demás es la misma que ha venido imponiéndose. Lo llamativo es que el primer mono novato también participa de esa respuesta, aunque no había estado presente cuando se rociaba el chorro de agua fría a los demás. En otras palabras: seguía el comportamiento del grupo sin haber sido sometido al condicionamiento.
Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo con el que entró en su lugar. El primer sustituido participó con especial entusiasmo en la paliza al nuevo. Cambiaron a un tercero, y se repitió el suceso. El cuarto, y finalmente el quinto de los monos originales fueron sustituidos también por otros nuevos. Todos los monos eran nuevos respecto al comienzo del experimento y las bananas seguían intactas.
El resultado final
Al final los científicos se quedaron con un grupo de cinco monos que no habían recibido nunca una ducha de agua fría, pero aun así golpeaban al que intentase llegar hasta las bananas. Asumieron sin experimentar las consecuencias, que las bananas que tenían en su jaula están prohibidas, hasta tal punto de castigar a quien intentase coger las bananas sin saber por que.