La importancia del ambiente
A través de otros, nos convertimos en nosotros mismos. (Lev Vygotsky)
A grandes rasgos, el objeto de estudio y objetivo de la psicología ambiental es la interacción e interrelación entre la persona y el contexto, tanto físico como social. Sin embargo, dentro de esta disciplina podemos distinguir diversos enfoques u objetos de estudio de la misma. A continuación, listamos los diferentes temas que estudia la psicología ambiental:
Relación entre el espacio físico y la conducta: investigaciones acerca de las variables del espacio físico y su influencia sobre el comportamiento humano. Desde este enfoque se analizan el espacio personal, la territorialidad, el hacinamiento, la apropiación y distribución de espacios etc.
Influencia de las variables ambientales en el comportamiento humano: estudia la incidencia de diferentes dimensiones ambientales y sus efectos sobre las percepciones, cogniciones y emociones de las personas, así como su adaptación a estas. Se incluyen estudios acerca de elementos tales como estrés ambiental, ruido, luz, color, clima y temperatura y contaminación y sus consecuencias psicológicas y físicas sobre las personas. También se incluyen los efectos sobre el rendimiento y la variabilidad de los efectos de estas variables en diferentes entornos.
Diseño y planificación ambiental: planteamiento y creación de ambientes en base a la consideración de las variables ambientales y sus efectos sobre las personas. Por otro lado, también se aplica al diseño de entornos y productos que sean ecológicos, respetables y sostenibles para el medio ambiente, en base a las consecuencias sobre el entorno.
Conocimiento ambiental: se refiere a la representación subjetiva y mental que las personas tienen sobre su ambiente, así como los significados y emociones ligados a este. Esta rama estudia de qué forma los seres humanos perciben y entienden el ambiente a nivel personal y lo organizan en la mente.
Conductas y actitudes hacia el medio ambiente: análisis de las diferencias culturales y psicológicas en el desarrollo de actitudes y conciencia acerca del entorno, así como estudio de los factores que influyen sobre estas. También se analizan las diferentes motivaciones que conducen a la preocupación sobre el medio ambiente.
Relación entre colectivos de la población y su relación con el entorno: análisis de las necesidades específicas de ciertos grupos de la población en relación a la construcción y distribución de espacios, así como las dificultades que experimentan derivadas de este diseño.
Creencias del entorno:
Los padres, madres, profesores, jefes, mentores, etc. casi siempre cuentan con algún tipo de expectativas respecto a nuestro porvenir, basadas en su propio bagaje vital. Tales aspiraciones ejercen influencia sobre cada uno de nosotros y nos predisponen a seguir la hoja de ruta que nos marcan, al menos en alguna medida.
No solo serán deseos positivos o negativos, ya que semejantes esperanzas también vendrán acompañadas de acciones que nos empujarán y ayudarán a cumplir con ese guion marcado con pequeños pasos que se harán efectivos, casi sin darnos cuenta. A nadie extrañará que nos veamos abocados a satisfacer esos pronósticos, sean estos perjudiciales o beneficiosos para nuestro bienestar.
Necesidad de aceptación:
Si eres hijo, pareja, estudiante, amigo o profesional, lo más usual es que sientas algún deseo de contentar las personas relevantes de tu entorno. Esto sucede por miedo al rechazo y por la tendencia natural a sentirnos aceptados, queridos e integrados en un grupo determinado. A muy pocas personas agrada el temor a ser excluido o expulsado de la familia, la pareja, el grupo de amigos o la empresa en la que trabajamos.
Estas conductas encaminadas a buscar la aprobación del entorno social se denominan ‘Síndrome de Wendy’ y son en parte responsables de que la ‘Profecía Autocumplida’ nos acompañe más de lo que podemos imaginar.
Niveles de la Psicología Ambiental
En Psicología Ambiental, las nociones de espacio y de lugar son muy importantes, incluso centrales. Porque ellas permiten reconocer el nivel de control de los individuos sobre el medio. Existen cuatro niveles de interacción del individuo con su medio, teniendo fuertes implicaciones en la investigación medioambiental (Moser & Uzzell, 2003):
Nivel I. Micro-Ambiente. Espacio privado o individual
Se trata de los lugares de los cuales tenemos el control total, relevantes para el bienestar individual. Es el lugar de permanencia, de estabilidad (sentimiento de seguridad), en donde se desarrolla la vida privada. Se trata del espacio personalizado, delimitado por barreras físicas o simbólicas pero, sobre todo, protegido de la intrusión del otro. Si se trata de un lugar permanente que produce apegos, hablamos de territorios primarios. Pero si se trata de un lugar transitorio, hablamos de territorios secundarios.
Nivel II. Ambiente de proximidad. Espacio semi-público o semi-privado
Es el espacio de proximidad, el espacio es compartido lo mismo que el control. El apego afectivo puede ser fuerte o no según si el espacio es hostil o no. De ser esto último, se producen inversiones afectivas si hay correspondencias, intereses, no solamente sobre el carácter físico (bello, confortable), sino social igualmente (existencia de lazos sociales).Nivel III. Macro-Ambiente. Espacio público
El control es mediatizado y sobre todo es delegado. Se trata de un agregado de individuos en un espacio común. La ciudad se convierte en el espacio de la variedad, de la diversidad de elecciones, de facilidad de encuentros. A partir de la edad media, la ciudad estaba concebida como un lugar asegurador, un lugar de oportunidades. Desde la industrialización y la extensión de las ciudades, estas se convirtieron en lugares de anonimato. En consecuencia, las desviaciones son toleradas y surge entonces un sentimiento de vulnerabilidad, de inseguridad a causa de la delincuencia, de la polución y de la aglomeración.
Nivel IV. Ambiente global. Dimensión planetaria
El control está fuera de las posibilidades individuales. Podemos observar la emergencia de comportamientos llamados ecológicos. Aparición de la noción de bien general.
La Psicología Ambiental es una joven disciplina. Hizo su aparición a principios de los años 70, conociendo una rápida evolución gracias a las publicaciones en revistas especializadas (fundamentalmente anglosajonas), y la multiplicación de encuentros y conferencias internacionales. En 1973, la Asociación Americana de Psicología (APA) creó una sección de investigación sobre la relación entre los entornos físicos y el comportamiento. En 1981 aparece la revista Journal of Environmental Psychology de la editorial Academic press, que busca constituirse como la publicación privilegiada de esta disciplina. Sin embargo, la Psicología Ambiental ha conocido innombrables problemas para definirse, para encontrar sus fronteras.